Se crea un espacio donde los participantes se sienten en un lugar de seguridad, donde no van a ser juzgados, los caballos no juzgan, viven el momento presente.
Se crea una comunicación positiva, se dan situaciones que permiten dar diferentes enfoques, aumenta la confianza y se afianzan vínculos.
Logramos la autenticidad de las emociones que van a reflejar los caballos.